La Unión Europea aprobó este lunes la compra de la destacada compañía de videojuegos Activision-Blizzard por parte de Microsoft, aunque con condiciones específicas. La adquisición, valuada en US$69.000 millones, representa un alivio para Microsoft después de haber sido rechazada por las autoridades británicas el mes pasado.
La Comisión Europea autorizó la compra tras los compromisos de Microsoft en el ámbito de los juegos en la nube, lo que ayudará a prevenir prácticas antimonopolio. Sin embargo, la aprobación de otras autoridades, como la estadounidense, aún está pendiente.
La aprobación de la Unión Europea implica que los consumidores dentro del Espacio Económico Europeo, que incluye a los 27 países de la UE y a Islandia, Liechtenstein y Noruega, podrán disfrutar de soluciones de juegos en la nube ofrecidas por Microsoft. Estas soluciones permitirán a los usuarios transmitir contenido de los juegos de Activision adquiridos en otras plataformas de gaming en la nube. Los compromisos adquiridos por Microsoft tendrán una duración de 10 años a partir de la fecha de aprobación. Además, Microsoft ha firmado acuerdos con Nintendo y Nvidia para ofrecer sus juegos en las respectivas plataformas.
A pesar de la aprobación de la UE, la compra de Microsoft está siendo investigada por reguladores de todo el mundo debido a preocupaciones sobre posibles privilegios exclusivos. La adquisición de Activision-Blizzard es significativa, ya que la compañía es la desarrolladora y propietaria de títulos mundialmente reconocidos como Call of Duty y World of Warcraft. Ahora, Microsoft deberá continuar su búsqueda de aprobaciones restantes de otras autoridades, incluyendo la de Estados Unidos.
El revés de Microsoft en el Reino Unido es importante tenerlo en cuenta, ya que la Autoridad de Mercados y Competencia del país bloqueó la compra. Según la CMA, el acuerdo podría reducir la competencia en el emergente mercado de los videojuegos en la nube. Aunque este obstáculo ha sido superado con la aprobación de la Unión Europea, Microsoft aún enfrenta desafíos regulatorios adicionales antes de concretar por completo la adquisición de Activision-Blizzard.
Fuente: Comercio y Negocios